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Galletas navideñas de mantequilla y piñones



Esta es la receta de las tipicas galletas de mantequilla que suelo hacer en casa, pero a la que esta vez añadí unos piñones molidos.
Los piñones son ricos en nutrientes esenciales y en vitaminas, todos muy beneficiosos para nuestra salud.
Por desgracia no son muy económicos, no estan muy asequibles, ni todos los bolsillos pueden costearlos, pero puse poquita cantidad, la suficiente para aportarle sabor.... y que sabor, madre mía!!
Me encantan este tipo de galletas o pastas, ya las he elaborado antes en otras variantes, por ejemplo las que tenían un ligero sabor a naranja y cobertura de chocolatelas que tenían forma de corazónlas que hice aquel halloween o las que sabían un poco a mazapán. Estas últimas estaban decoradas con fondant, pero reconozco que como más me gusta es sin él. Así, simplemente espolvoreadas con un poco de azúcar molido están deliciosas.
Son unas galletas ideales para estos día que vamos a festejar, para elaborar en días fríos, como el de hoy, rodeada de los más peques de la casa. Es lo que  hacía yo cuando mis hijos eran pequeños y por causa del mal tiempo no podíamos salir a pasear... bonitos recuerdos que perduran para siempre.
Esta receta la publiqué el año pasado, pero (sin querer) la eliminé del blog. Como vienen días de fiestas y de vacaciones creí oportuno compartir,de nuevo, esta recetilla con vosotros... pruébalas, seguro que te gustan!!!


Ingredientes:
  • 400 gramos de harina de repostería con levadura incluida 
  • 120 gramos de azúcar molida
  • 240 gramos de mantequilla sin sal (sin lactosa para intolerantes)
  • 50 gramos de piñones
  • 1 huevo mediano
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de crema o extracto de vainilla (sin lactosa para intolerantes)


Elaboración:

La elaboración es muy fácil, se hace todo manualmente con ayuda de unas varillas metálicas y es muy importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente.

Os dejo algunas fotos del paso a paso para que os hagais una idea, no estan todas pero es que no me acordé antes de coger la maquina.

Lo primero será tamizar la harina con la pizca de sal, el tamizado consigue que la harina se airee y luego salga una masa más suave y homogénea. Reservamos.

Trituramos los piñones en un robot de cocina o molinillo.

En un bol ponemos la mantequilla junto con el azúcar glas y mezclamos bien.

Ahora iremos agregando la harina que teníamos tamizada y reservada, lo haremos poco a poco hasta conseguir una masa compacta.

Cuando esté bien integrado añadimos el huevo ligeramente batido y la cucharada de esencia, mezclamos con ayuda de una cuchara hasta que la masa quede homogénea.

A continuación añadiremos los piñones triturados.

Amasamos un poco con ayuda de las manos, no hace falta maquina.


Dividimos la masa en tres partes y llevamos al frigorífico durante unas dos o tres horas.

Pasado este tiempo preparamos dos hoja de papel vegetal y ponemos un trozo de masa sobre uno de ellos. Tapamos el trozo de masa con el otro papel y aplastamos ligeramente con las manos.

Con un rodillo estiramos la masa, nos ayudamos de dos tablitas de medio centímetro puestas a ambos lados de la masa, si no tenéis ponéis dos libros como veis en la foto. Así nos saldrán uniformes. 

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

Con ayuda de un cortador (el escogido), vamos cortando las porciones de masa que luego se convertirán en deliciosas galletas.

Con la masa restante formamos bolas y estiramos  de nuevo. Si veis que la masa se ablanda mucho , lleváis unos momentos al frigorífico hasta que se endurezca.

Ponemos la  pasta sobre un papel vegetal y llevamos al horno durante unos 8 /10 minutos, calor abajo/arriba y 180º. El tiempo de horneado dependerá siempre de las prestaciones del horno y del tamaño de las galletas.

Una pista para saber cuando están horneadas es retíralas cuando veamos que el filo se pone dorado.

OJO aquí, pueden parecer que están tiernas pero se endurecerán algo al enfriar... cuidado no se os quemen.

Sacamos y dejamos que enfríen antes de retirar de la bandeja.

Pasamos a una rejilla metálica para que se enfríen del todo y una vez frías las espolvoreamos con azúcar glas o molida.


Guardamos en una caja metálica para su conservación... si es que os queda alguna!!!


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